jueves, 25 de febrero de 2016

El poder de la solidaridad

Uno a uno, todos somos mortales. Juntos, somos eternos. 
Apuleyo


La solidaridad es la ternura de los pueblos. 
Gioconda Belli


Himno de la alegría

Escucha hermano la canción de la alegría 
el canto alegre del que espera 
un nuevo día 
ven canta sueña cantado 
vive soñando el nuevo sol 
en que los hombres 
volverán a ser hermanos. 
Ven canta sueña cantado 
vive soñando el nuevo sol 
en que los hombres 
volverán a ser hermanos. 
Si en tu camino solo existe la tristeza 
y el llanto amargo 
de la soledad completa, 
ven canta sueña cantado 
vive soñando el nuevo sol 
en que los hombres 
volverán a ser hermanos. 
Si es que no encuentras la alegría 
en esta tierra 
búscala hermano 
mas haya de las estrellas, 
ven canta sueña cantado 
vive soñando el nuevo sol 
en que los hombres 
volverán a ser hermanos.



martes, 23 de febrero de 2016

Poema del renunciamiento. José Ángel Buesa



Pasarás por mi vida sin saber que pasaste. 
Pasarás en silencio por mi amor y, al pasar, 
fingiré una sonrisa como un dulce contraste 
del dolor de quererte... y jamás lo sabrás.

Soñaré con el nácar virginal de tu frente, 
soñaré con tus ojos de esmeraldas de mar, 
soñaré con tus labios desesperadamente, 
soñaré con tus besos... y jamás lo sabrás. 

Quizás pases con otro que te diga al oído 
esas frases que nadie como yo te dirá; 
y, ahogando para siempre mi amor inadvertido, 
te amaré más que nunca... y jamás lo sabrás. 

Yo te amaré en silencio como algo inaccesible, 
como un sueño que nunca lograré realizar; 
y el lejano perfume de mi amor imposible 
rozará tus cabellos... y jamás lo sabrás.

Y si un día una lágrima denuncia mi tormento, 
—el tormento infinito que te debo ocultar—, 
te diré sonriente: «No es nada... Ha sido el viento». 
Me enjugaré una lágrima... ¡y jamás lo sabrás!

jueves, 18 de febrero de 2016

Amor completo. William Morris



¿Has anhelado, a través de los cansados días,
La visión fugaz del rostro amado?
¿Has clamado por un instante de paz
En medio del dolor de las penosas horas?
¿Has rogado por el sueño y la muerte,
Cuando el dulce e inesperado consuelo
Fue sólo sombras y aliento?
Hace mucho, demasiado, que el miedo no disminuye
Sobre estas ilusorias y reptantes flores.
Ahora descansa: pues aún en el reposo
Podrás conservar todos tus anhelos.

Debes descansar y no temer
Al acechante y sordo despertar
De una vida que transcurre a ciegas;
Llena de desperdicios y penas.
Debes despertar y pensar en lo dulce
Que es tu amor, en su íntimo ardor.
Será más dulce para los labios que conocerás,
Más dulce de lo que tu corazón intenta ocultar:
Anhelos absolutos e insatisfechos.
La respuesta a todas las esperanzas
Se cierran sobre tí, muy cerca.

Recordarás los antiguos besos,
Y aún el frío dolor que crecía.
Recordarás aquella poderosa dicha,
Y aún los ojos y las manos perdidas.
Recordarás todo el remordimiento
Por lo escasos que fueron sus besos,
El sueño perdido de cómo se conocieron
Es el sabor a miseria en tus labios marchitos.
Entonces parecía Amor, pero nacido para morir,
El Hoy es inquietud, dolor:
La bendición es el olvido, el silencio;
Mi Amor es solitario, más nunca será un secreto.

jueves, 11 de febrero de 2016

La felicidad. Manuel Acuña


Un cielo azul de estrellas
Brillando en la inmensidad;
Un pájaro enamorado
Cantando en el florestal;
Por ambiente los aromas
Del jardín y el azahar;
Junto a nosotros el agua
Brotando del manantial
Nuestros corazones cerca,
Nuestros labios mucho más,
Tú levantándote al cielo
Y yo siguiéndote allá,
Ese es el amor mi vida,
¡Esa es la felicidad!

Cruza con las mismas alas
Los mundos de lo ideal;
Apurar todos los goces,
Y todo el bien apurar;
De los sueños y la dicha
Volver a la realidad,
Despertando entre las flores
De un césped primaveral;
Los dos mirándonos mucho,
Los dos besándonos más,
Ese es el amor, mi vida,
¡Esa es la felicidad!

martes, 9 de febrero de 2016

Hoy es un hermoso día, y no puedo verlo

Lo que la humanidad observa en el ser humano verdaderamente moral es su energía plena de vida, que le empuja a dar su inteligencia, sus sentimientos, sus actos, sin pedir nada a cambio.
Piotr Kropotkin



martes, 2 de febrero de 2016

Amor y paciencia


“Con amor y paciencia, nada es imposible.”
DAISAKU IKEDA

Quien ama de verdad, sabe ser paciente. Y no digo quien quiere, porque el querer tiende a ser impaciente, mientras que el amar sabe esperar por el bien del otro. No es lo mismo lo que significa un “te quiero” (para mí…) que un “te amo”.

Y también, quien es paciente para bien, sabe amar.

Amor y paciencia son dos de los grandes ingredientes de la transformación humana.

Cuando alguien planta un árbol pensando en los que gozarán de su sombra y frutos, ama y es paciente. Su esfuerzo se centra en el bien futuro de los que gozarán de esa semilla que hoy se introduce en la tierra y es regada por primera vez.

Cuando alguien persevera y lo que le mueve frente a la adversidad es el legado que puede dejar a los que vendrán, ama y es paciente.

Nuestros abuelos, los que vivieron guerras mundiales y civiles; el terror, la desgracia, la injusticia, el hambre y la penuria y, a pesar de ello, lo dieron todo de sí tras el sufrimiento y trabajaron con denuedo para que sus hijos, nietos y demás descendientes disfrutaran de un confort y bienestar que ellos ni podían imaginar, amaban y eran pacientes.

Sí, quien ama de verdad practica la paciencia; si me permitís el juego de palabras, la paz-ciencia, la ciencia de la paz.

Giacomo Leopardi, poeta y filósofo italiano del siglo XIX dejó escrito este bello pensamiento: “La paciencia es la más heroica de las virtudes, precisamente porque carece de toda apariencia de heroísmo.” Y es cierto. También quien ama de verdad carece de toda apariencia de heroísmo.

Amor y paciencia son dos ingredientes que nos elevan, que nos unen, que tienden a purificar ambientes, vínculos y existencias.

Quién no recuerda a aquel abuelo o abuela que, con deliciosa paciencia y amor, nos enseñaba a atarnos los cordones de los zapatos, las tablas de multiplicar, a jugar a la Oca o al parchís, a leer nuestras primeras frases o a cuidar el huerto.

Si hiciéramos de éste un mundo más paciente, viviríamos más los frutos del amor.

Si amáramos más, no tendríamos tantas urgencias que, demasiadas veces, nacen del miedo, o del ego, que es lo mismo…